Invierno
Justo enfrente y un poco por debajo de mi ventana hay un hombre en su balcón, ocupado con algo que se encuentra a la altura del suelo. No sé bien de qué se trata porque me estorban las ramas peladas de la copa del olmo que crece delante de mi casa, aquel que los días de viento rascaba la pared. Es la primera hora de una tarde de invierno en Madrid. La luz transparente, amarillecida; encima, el cielo confiable de Castilla.
El hombre va vestido con ropa cómoda, unos pantalones de chándal y una sudadera clara. Parece como si intentase reparar algo. Sale al balcón una mujer de pelo castaño. Andarán los dos por los cuarenta y tantos, cincuenta años. Cambian algunas palabras y se ponen a trabajar en lo que sea que los ocupa, en silencio.
Así un rato largo: ellos trabajando sin hablar y yo mirándolos, como si escuchase una pieza de música.
Como si de la pieza de música sólo escucharas los movimientos, como si fueras sordo, como cuando a la tele se le va el volumen. Escribes muy bien, pero no sé qué más decir. Es decir, como yo no escribo parece que le de poco valor, pero me parece que hacerlo como lo haces tú es muy difícil.
Creo que me gusta que lo hagas sobre cosas o aspectos cotidianas. Con el tiempo creo que he comprendido que en lo cotidiano y habitual para cada uno está, si aprendes a mirarlo, la esencia de... las cosas, o de la vida, no sé.
Un abrazo
Publicado por: Jose Luis Ríos | 26 octubre 2015 en 09:23 p.m.
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Me alegro de que te guste, y te agradezco muchísimo que me lo escribas. Soy tan lento escribiendo que mi lentitud para responder se confunde con el silencio :) Pero me encanta recibir comentarios sobre los posts, que conste. ¡Muchas gracias!
Publicado por: Juan Avellana | 27 octubre 2015 en 12:44 a.m.
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Bueno, la lentitud no es un defecto, tratándose de literatura, o de fotografía, o de música. Si le aplicamos los parámetros que se aplicaban a las cartas convencionales, una semana es un tiempo razonable, incluso dos. ¿Cuánto tiempo tarda en llegar una carta a Burbia?
Nadie suele "producir" artefactos interesantes de manera continua, quizás Bach, Bill Evans, en música, pero en literatura o fotografía, sólo los superdotados, creo yo. En fin, que no hay, por mi parte, prisa para nada , o no debe haberla. Ni hay ni debería haberla, concluyendo.
Un abrazo
Publicado por: José Luis Ríos | 27 octubre 2015 en 12:19 p.m.
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