Continuará
Desde hace tiempo procuro publicar al menos un post por mes, de modo que en el calendario no quede un mes vacío. Es un hábito y un símbolo. Sin embargo, este noviembre han venido a estorbarme varias cosas. Si publicase más a menudo, no importaría; pero yendo así, como por el alambre, un resbalón es la distancia de ser a nada.
Una vez por mes, aunque el blog lo tengo mucho más presente que eso. Muchas de cosas que se me cruzan, en el día o por la cabeza, se me ocurre traerlas aquí. Las anoto o incluso las escribo. A veces acaban en el blog y, comúnmente, no. Me las imagino como piezas —esbozos— esparcidas por la mesa de un relojero o de un tallador. Las pinturas callejeras, la ciudad de Poniente, una película brasileña, un tema alemán, el origami, las metáforas, una línea, los planes inacabados y los niños: de alguna de esas cosas hubiera podido hablar. Aunque ya no este mes, seguiré y las contaré todas.