Ajedrez (variaciones)
Un ajedrez cuyas treinta y dos piezas son perfectamente blancas.
Un ajedrez cuyas treinta y dos piezas son una gradación de color de hojas de otoño: amarillo, verde, castaño, cárdeno, cobrizo, oliva, rojo, trigueño, ocre, pardo, dorado, granate.
Un ajedrez cuyas piezas son trozos de madera que pasaron mucho tiempo en el agua y la marea fue dejando en la orilla.
Un ajedrez cuyas piezas son sueños: un rey soñado, una reina soñada, ocho peones soñados…
Un ajedrez en el que la dama blanca es una cierva.
Un ajedrez con una pieza envenenada.
Un ajedrez cuyas piezas son recuerdos.
Un ajedrez abandonado cuyas piezas no están porque han muerto.
Un ajedrez de piezas carnales que están revueltas en el centro del tablero, amándose.
Un ajedrez cuyas piezas sospechan de los jugadores.
Un ajedrez cuyas piezas son pájaros, números primos y música.
Un ajedrez cuyas piezas no creen en la existencia del ajedrez.
Un ajedrez que se juega moviendo estrellas.
Un ajedrez con un jugador de marfil y otro de obsidiana.
Todas las anomalías de ese juego de ajedrez son interesantes, algunas también sugerentes, alguna hasta siniestra.
Un abrazo
Publicado por: José Luis Ríos | 05 noviembre 2016 en 09:24 a.m.
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Un ajedrez infinitamente más divertido, variado y colorido (y siniestro también, y terrible), como la vida misma. Qué soso parece ahora el convencional, cuántos aspectos le faltan. En realidad, le faltan ¡todos! Me apunto a mover estrellas: ¿no es una preciosidad?
Publicado por: Marisa | 08 noviembre 2016 en 10:23 p.m.
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¡Hola! Perdonad por el silencio; algo ha fallado y esto no me ha avisado de los comentarios. Lo siento :(
¡Muchas gracias, aunque sea tarde!
Publicado por: Juan Avellana | 28 noviembre 2016 en 11:09 p.m.
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un ajedrez dentro de otro ajedrez... Borges estaría de acuerdo.
Publicado por: Beauséant | 04 octubre 2020 en 05:48 p.m.
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Siempre tengo muy presente a Borges cuando escribo estas cosas. ¡Es inevitable! :)
Publicado por: Juan Avellana | 05 octubre 2020 en 12:46 a.m.
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