Noche de San Juan
Yo me figuro junio como un prado suave que va subiendo subiendo hasta la noche de San Juan, que es lo más alto. Desde ahí se ve pendiente abajo el verano, que se extiende hacia lo lejos. Yo, que he tenido mis noches de San Juan extrañas, miríficas o temibles, esta noche me doy cuenta de que ya no espero de la magia. Estaba por decir que los años me han hecho dar el paso de aceptar la necesidad del mundo; pero lo que quiero expresar de verdad va más allá y sólo lo puedo intentar mediante una metáfora. Es que en los anales de la magia no se ha sabido nunca de un hechizo que volviese bueno a un hombre, por poner un ejemplo.
Es una metáfora, ya digo, de lo que la magia no hace; a algo de eso me refiero. De todos modos, sigue siendo una noche hermosa y corta, y hay fuegos, canciones y poemas. Ojalá estuviese cerca de una playa.